Hace poco leía una nota de el diario La República de Uruguay, donde publicaban la respuesta del presidente uruguayo Pepe Mujica sobre la nota titulada "Mujica, el presidente más pobre" que recientemente había publicado el diario español ABC. Esto es lo que el presidente contestó al respecto de su supuesta pobreza:
“Yo no soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre.Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero sólo para poder ser rico. Quiero tener tiempo para dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco.La casa pequeña, para poder dedicar el tiempo a lo que verdaderamente disfruto. Si no, tendría que tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no me las lleven. No, con tres piecitas me alcanza. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo; y ya, se acabó. Entonces sí tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma. No somos pobres”.
Qué gran admiración siento por este hombre. No puedo evitar hacer una comparación entre este brillante político uruguayo y los políticos en México. Mientras Mujica conduce un viejo volkswagen, Peña Nieto, candidato del PRI, gastó grandes sumas de dinero para transportarse en jet privado durante su campaña. Mientras Mujica dona el 90% de su sueldo a fondos sociales, nuestros diputados gozan con sueldos de más de 150 mil pesos mensuales. Mientras Mujica vive en una pequeña casita en las afueras de Montevideo, nuestros presidentes gastan dinerales en comprar toallas para la residencia de Los Pinos.
No cabe duda, cuánta falta le hace a México (y a este mundo) más políticos como Pepe Mujica.
Nota escrita con información de diario La República
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