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martes, 17 de julio de 2012

El Fraude, Un Fantasma Sexenal

"Reaparece cada seis años como ánima en pena. Este año lo evoca la izquierda. Hace 12, las denuncias contra el Pemexgate y Amigos de Fox sellaron al PRI y al PAN, pero no pusieron en vilo los resultados de la elección"

El fantasma del fraude persigue a las elecciones en México. Cada seis años como ánima en pena regresa para espantar los resultados electorales.

A pesar de que el país cuenta con un enorme aparato institucional para lograr comicios limpios y transparentes, la presunta trampa siempre vuelve de la tumba en que todos creen que yace.
En el más reciente ejercicio electoral, el del pasado primero de julio, nuevamente aparece este fantasma. Lo evocan los partidos de izquierda al asegurar que hubo compra de votos por parte del PRI para poder ganar la contienda.

No es la primera vez ni es el primer partido. Existen dos casos emblemáticos de acciones de presunta coacción del voto que han sellado al PRI y al PAN.

Después de la elección del año 2000 se conocieron los polémicos casos Pemexgate y Amigos de Fox.
A pesar de haberse dirimido tanto en la arena política como en la judicial, y haber existido sanciones para cada uno de los partidos, ambos no pasaron de ser un escándalo electoral más en el país con sus respectivas multas. Escándalo que cada seis años se repite.

Jamás se ha puesto en vilo el resultado de una elección.Pemexgate

Los escándalos políticos en México terminan en “gate”. Una especie de sufijo del lenguaje popular para marcar todo lo que huele a tranza.

El mote está derivado del caso Watergate ocurrido en Estados Unidos, y por el que tuvo que dimitir como presidente de ese país Richard Nixon, acusado de espiar a su adversario político durante la campaña para la reelección.

Es curioso que ningún “gate” en México haya cobrado facturas tan caras como la que pagó “Tricky Dicky” en 1974.

En el 2001 se descubrió, luego de la contienda presidencial, que la campaña del candidato priista Francisco Labastida había sido financiada de manera ilegal con mil 500 millones de pesos del fondo del Sindicato de Petróleos Mexicanos.

El líder de esta organización, Carlos Romero Deschamps, y el tesorero, Ricardo Aldana, fueron los principales sospechosos de triangular el dinero de los sindicalizados a favor de la campaña del primer candidato priista perdedor en casi 70 años de gobierno.

El Tribunal Electoral impuso una multa de mil millones de pesos al PRI. Los dos líderes sindicales jamás fueron consignados y llevados ante la justicia.

No sólo eso, han gozado desde entonces de senadurías y diputaciones plurinominales de su partido. El ex candidato Francisco Labastida fue Senador los últimos seis años y presidió la Comisión de Energía.

De hecho, los representantes de los trabajadores petroleros nuevamente están de regreso. Romero Deschamps ya está en el Senado y Aldana en la Cámara de Diputados.

Amigos de Fox

Hartos del PRI, los mexicanos vieron en el exitoso empresario ranchero Vicente Fox una esperanza. Hoy, todo lo explica mejor el hartazgo que había, más que la necesidad de un cambio.
Para ganar la presidencia de la República, se requería de un andamiaje que pudiera competir contra la anquilosada maquinaria priista.

De esa necesidad nació la organización Amigos de Fox. Su misión era lograr apoyos tanto de participación ciudadana como electoral. Funcionó como las llamadas pirámides, cada integrante que se unía a la organización tenía que lograr  la unión de otros más.

Fue de los primeros en incursionar en Internet con página del movimiento, mucho antes de que esta herramienta tuviera el número de usuarios que hoy tiene en México. Durante 1998 y 1999 Amigos de Fox, con dinero de empresarios, militantes panistas y simpatizantes de la organización, mantuvieron la precampaña del guanajuatense.

Amigos de Fox logró una estructura electoral fuerte y económicamente muy poderosa. Y eso se convirtió en su propio verdugo.

Una vez que se logró ganar la contienda electoral se iniciaron una serie de denuncias porque Amigos de Fox había sido un cuerpo financiero paralelo al presupuesto autorizado por la Ley electoral.

El dinero con el que se apoyó a Fox rebasaba los topes de gasto de campaña y por eso debía sancionarse. 
Las denuncias tuvieron éxito y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación descubrió que el financiamiento paralelo podría haber llegado a los 91 millones 917 mil pesos, por lo que impuso una multa a la coalición del PAN y Partido Verde de 545 millones de pesos.

Lino Korrodi, administrador de Amigos de Fox y amigo del ex presidente desde la infancia, fue el más atacado de todos. Se le acusó de permitir financiamiento del extranjero y de procedencia inexplicable.
La amistad terminó y Korrodi se volvió crítico de primera línea de Fox y su esposa Martha Sahagún, acusándolos de corruptos y cínicos.

La multa que se le impuso al partido, como todas estas sanciones, son pagadas con las prerrogativas que el IFE les entrega. Con el propio dinero de los mexicanos.

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