Blogroll

miércoles, 4 de julio de 2012

En la Opinion de Melina


Muchos sabíamos desde hace algunos meses que éste era sólo el principio de una lucha.
Saberlo era fácil, bastaba con mirar a tu alrededor todos esos abusos de poder, la compra de votos con tanto cinismo, la manipulación de la información de algunos medios que se burlaban de la inteligencia de millones de mexicanos. Antes del 1 de julio, veía a gente contenta, esperanzada y unida que idealizaba que el cambio del país se concretara. 

El domingo 1 de julio, los rostros esperanzados comenzaron a teñirse de miedo, de repudio y de impotencia. Y bastaba, otra vez, con voltear a tu alrededor y mirar todo lo que estaba sucediendo: compra de votos de conocido partido corrupto, amenazas a los representantes de otros partidos,  muertes, robo de urnas, gente atropellada, reportes de personas desaparecidas, balaceras, manipulación de información de los medios, represiones a ciudadanos, etc., etc.

Muchos acudimos a nuestras casillas a observar el proceso electoral, nos unimos en las redes sociales para informar y difundir lo que estaba sucediendo, nos organizamos para documentar toda la información y denunciar a las "autoridades competentes", comenzamos a alzar la voz y pasamos de ser redes sociales a ser los portadores de la verdadera noticia ya que los encargados de darla, no estaban haciendo su chamba.
Y entonces las instituciones que se crearon para resguardar la democracia de los ciudadanos nos dieron la vuelta y una vez más, somos el pueblo luchando en contra de la imposición y el abuso de nuestras instituciones.

Pese a todas las pruebas de irregularidades que se estaban encontrando en el proceso electoral, pese a que íbamos de frente a la corriente, seguíamos de pie, aguantando vara.  Y vimos a una candidata rindiéndose, extrañamente, con apenas el 0.2% del conteo; vimos a un Felipe Calderón entregando al país, en bandeja de oro, a un candidato “electo” con tan sólo el 18% del conteo. Vimos también a un IFE anunciando que el proceso electoral había sido “ejemplar”; vimos una portada de un periódico “reconocido” que anunciaba el triunfo de un candidato mucho antes de que terminara el proceso del conteo rápido y también vimos a un pueblo desmoralizado, pero seguimos haciéndonos fuertes unos a otros, apoyándonos, organizándonos, haciendo algo desde lo poco que cada quien tenía y podía, esperando que cada poco formara un mucho. Y amanecimos viendo cómo de repente, por arte de magia, las tendencias que subían para favorecernos, se detuvieron; y empezaron a circular las sábanas electorales y con ellas los reportes de la gente que ayudaba a validaras en el PREP,  los cuales denunciaban sumas y restas mal hechas que  insultaban a la inteligencia de muchos de nosotros. Y todo eso favorecía a cierto color que ustedes ya saben. 
Millones lo vimos, nadie nos lo contó.

El 2 de julio no vi a un país festejando el triunfo de su candidato. Si hubiese ganado el que nos dicen, el que eligió la mayoría, habría festejo, gozo, fiesta; sólo hay tristeza, rabia, miedo. Que gane el candidato de la preferencia debería ser motivo de fiesta, no de tragedia nacional. ¿Cuándo fue que nos cambiaron la jugada y presidente es aquél que obtiene la mayoría de votos, pero de repudio? ¿Cuándo?
Ya no se sabe si se tiene coraje por los que vendieron su voto o por los que por convicción decidieron votar por el partido corrupto y opresor.
Pero aquí seguimos, organizándonos, apoyándonos, informándonos, difundiendo, aguantando, luchando por defender la democracia a la que tenemos derecho; luchando, incluso, por la dignidad de los que no luchan por la propia.

Y se hizo el fraude y se sigue haciendo y no ha faltado la gente que llama LOCO a quien sólo pide que se respete el voto de los ciudadanos. Es triste que en este país se le llame necio o aferrado a quien sólo exige que se actúe con transparencia y legalidad. Es  indignante como se insulta, se repudia y desconoce a quien se conduce por las vías de la Ley, pero la compra de votos y el acarreo sí son aceptados en este país y nuestras “autoridades” no dicen nada.
No se dan cuenta que esto va más allá de un hombre, de un color, de un partido. No se trata de AMLO, se trata de las instituciones y el gobierno burlándose de millones de mexicanos.
Hemos sido testigos de las miles de irregularidades en esta contienda electoral.
No es una lucha por un partido, por un color, por un hombre y su ideal, no queremos cambiar el mundo, tan sólo la política económica, los monopolios, los medios, los sistemas de educación y de salud, la corrupción sindical, el sistema de partidos, los derechos humanos, el abuso de poder, el trato a los migrantes, la pobreza, la marginación, la impugnación, la privatización, la política “democrática”, la libertad de expresión... No somos de izquierda, ni de derecha, somos los de abajo y queremos que caigan los de arriba. Queremos que se hagan las cosas bien, con apego a la legalidad en un país que ya no sabe vivir de otra forma más que con su sistema de corrupción.

Alguien propuso tumbar a los de arriba y muchos tuvieron miedo porque creyeron que formaban parte de ellos, pero no. A todos ellos: su lucha es de este lado. 

Por @melmelimelina

No hay comentarios:

Publicar un comentario