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lunes, 17 de septiembre de 2012

Reforma laboral, ¿para qué?


Lunes 17 de septiembre de 2012


Para modificar las relaciones de trabajo en México los proyectos van y vienen. Hay proyectos de los empresarios, del gobierno, de los partidos y de los sindicatos. La propia Ley Federal del Trabajo, desde su creación ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia.
Pero la Ley laboral ha mantenido la sustancia del Artículo 123 constitucional; “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; a tal efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo conforme la ley”.
Es precisamente la organización social de los trabajadores lo que representa una piedra en el zapato de los grandes empresarios. Con el argumento de la modernización, la globalización y viviendo en la era de la información y el conocimiento, los señores del poder económico y político ven a los sindicatos como cosa de la historia. Para ellos, los sindicatos deben convertirse en una maravillosa pieza de museo.
Recordemos que los sindicatos son los representantes de los trabajadores en sus centros de trabajo para negociar mejores niveles de salarios, atractivas condiciones de trabajo y la solución de quejas.
Indudablemente la pretendida Reforma Laboral de Felipe Calderón, entre otros objetivos, busca darle sepultura a las luchas sindicales o al menos transformar a las instituciones sindicales en dóciles instrumentos de control.
Se pretende promover un mayor “diálogo” entre las organizaciones de los trabajadores y los patrones. Pero se trata de un “diálogo” subordinado, controlado y condicionado. Es decir, se busca imponer la lógica del capital al obrero para que la fuerza de trabajo sea más productiva, más creativa y más controlada.
La moderna competencia económica exige a los empresarios que también la fuerza de trabajo sea competitiva, que produzca más en menos tiempo, que se capacite más, pero sin aumentar sus salarios, que pueda reclamar y gritar, pero hasta ahí, que no utilice la huelga como un derecho consagrado en la ley. Esto es la Reforma Laboral.
El gran capital exige cambios en los horarios de la jornada laboral, a esto se le conoce como la flexibilidad en la contratación de los tiempos de trabajo. Se pretende modificar en número de horas legalmente establecidas. A la empresa ya no le es útil la jornada máxima las 8 horas diarias.
La empresa moderna capitalista se apoya cada vez más en la contratación a tiempo parcial del trabajador. Ahora las jornadas oscilan entre las 4 y 6 horas o contratos de medio tiempo. Esto sucede realmente en la vida diaria. En la práctica, los empleadores no están dispuestos a cubrir los derechos sociales consagrados actualmente en la Ley Federal del Trabajo. Se piensa eliminar el reparto de las utilidades, reducir los días de salario por aguinaldo, generar el multiempleo dentro de la empresa, para que el obrero sepa hacer un poco de todo y con ello, cubrir espacios en cualquier momento para evitar la capacitación de nuevo personal cuando hay que cubrir plazas vacantes.
La Reforma Laboral sólo pretende sancionar muchas situaciones laborales que ya se dan en la práctica. Sólo se requiere sancionar legalmente nuevas formas de explotación, donde el trabajador no mejora su condición laboral pero sí aumente su rendimiento.
¿Por qué al término del sexenio de Felipe Calderón se plantea la aprobación de una Reforma Laboral que no han discutido los sindicatos del país? Se presta a suspicacias que Felipe Calderón se responsabilice de la autoría y las consecuencias de una Reforma Laboral que va en beneficio del gran capital nacional y extranjero, para así salvar la figura de Peña Nieto.
Queda más que confirmado, en nuestro país se conspira contra el pueblo; las alzas de la gasolina, la inseguridad, la crisis económica y ahora una Reforma Laboral autoritaria y discriminatoria son el ejemplo claro de que cosas terribles están por llegar con la presencia de los nuevos grupos de poder represivo en alianza PRI-PAN.
Así estamos y así nos va.

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