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viernes, 17 de agosto de 2012

Foro Alicia reducirá actividades por culpa de los monopolios culturales

Juan Pablo Proal
17 de agosto del 2012

Para un comerciante pequeño no hay mayor pesadilla que la instalación de una tienda Walmart. En promedio, unos 300 negocios cierran cuando este emporio inaugura una de sus bodegas (Cámara de Comercios, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México). No es diferente lo que ocurre con los espacios culturales. Los monstruos devoradores de los monopolios absorben lo que tienen a su paso.

Esta economía de mercado donde los gigantes se hacen cada vez más grandes y los pequeños invisibles llegó al Multiforo Cultural Alicia, tal vez el espacio de música independiente más importante del país. A partir de este mes, este lugar dejará de abrir semanalmente, como lo hacía desde 1996, y únicamente organizará actividades temáticas de manera espaciada.

Ignacio Pineda, responsable del foro, me explica el por qué de la decisión:

“En México estamos viviendo un momento de cambio, de incertidumbre en el plano político, económico, cultural. En el espacio de la cultura y del espectáculo se está librando una batalla por el control de los espacios culturales, los eventos, la programación... No podemos dejar que el monopolio cultural tenga el control de todo, la autonomía y la autogestión son indispensables”.

Sin mencionarlos por su nombre, habla también del dominio de Ocesa, el gigante del entretenimiento en México:

“Hay un gran monopolio en la industria del espectáculo. Una misma empresa tiene el control de salas grandes, de 80 mil personas, hasta salas pequeñas de menos de mil. El público roquero, que no es tan grande en México, tiene que elegir entre acudir a ver a bandas ya consagradas o ir a los espacios independientes. La economía de los mexicanos no da para todo. Los espacios pequeños, muchas veces, no podemos competir con este monopolio y muchos lugares se ven abocados a cerrar”.

La disminución de las actividades del Multiforo Cultural Alicia no es un tema aislado o el problema de un empresario. En los 16 años en que trabajó de forma continua, impulsó a grupos independientes al grado de ser una catapulta de la escena del rock nacional. Nacho Pineda, anarquista solidario, prestó el foro para presentaciones de libros, documentales, respaldo al EZLN, movimientos feministas, investigadores, periodistas… Fundo su propio sello discográfico para producir música independiente. La promoción cultural llegó incluso a la apertura de una editorial.

Cuando un artista se enfermaba, Nacho era el primero en organizar conciertos para recaudar fondos, ante la nula seguridad social de los creadores y la omisión del Estado.

Pero más allá del espíritu generoso de Pineda, el Multiforo Cultural Alicia cobró relevancia en el país por confiar en grupos nuevos y convertirse en la cuna del rock nacional independiente. En el foro se dieron a conocer bandas de primera relevancia: Lost Acapulco, Austin TV, Cabezas de Cera, los Estrambóticos, La Tremenda Korte, Sekta Core, Panteón Rococó y las Últrasónicas, por nombrar algunos. Este espacio también programaba cotidianamente a los roqueros independientes más consagrados del país: Real de Catorce, Jaime López, Rafael Catana, Armando Rosas, Leticia Servín, Carlos Arellano, Armando Palomas, Roberto González…

Si bien los conciertos del Multiforo Alicia se reducirán, lo cierto es que este espacio no cerrará sus puertas. Por lo pronto, continuará en su sede tradicional, ubicada en el número 91 de la avenida Cuauhténmoc, en la colonia Roma del Distrito Federal. No obstante, hay planes de moverlo a un sitio más amplio y confortable.

El foro continuará con la producción de discos y promoviendo más proyectos culturales, entre los más inmediatos el soundtrand de una película dirigida por Fermin Muguruza "Zuloak" sobre una banda de chavas punks del País Vasco, además de editar el próximo disco de Amparo Sánchez, un nuevo álbum de Telekrimen, el próximo trabajo de Espectroplasma y un recopilatorio de blues mexicano.

La actividad de los foros culturales independientes en el país es necesaria en una cultura de consumo donde sólo pueden participar quienes tienen más recursos.

En particular, en el ámbito de la música, Nacho Pineda estima que existen cuatro mil bandas de rock en el Distrito Federal, la mayoría sin espacios para presentarse e incluso obligados a pagar por pararse en el escenario. Carecen de incentivos, derechos laborales y seguridad social.


“Sí ha habido espacios para rock, pero siempre han sido para la clase media o alta, lugares caros y done se ejerce el racismo de una manera descarada”: Rafael Catana, músico.

“Una de las diferencias con otros foros es que en el Alicia, sin ser conocido, podías subirte al escenario. Es el clásico problema del trabajo: sales de la escuela y no puedes trabajar porque no tienes experiencia”: Juan Moragues, músico.

En la cultura de mercado, la mayoría de los mexicanos sólo mira pasar frente a sí los manjares, sin probar bocado.


“El acceso a bienes culturales es una condición indispensable para la configuración de identidades y para el ejercicio de la autonomía, política y cultural, individual y colectiva, en un ambiente de respeto y promoción de la diversidad cultural y generacional. En el caso del Distrito Federal, la desigualdad social y el predominio de la sociedad de consumo imponen limitaciones a las y los jóvenes para disfrutar de dichos bienes y aprovecharles para la construcción de proyectos de futuros, a pesar de la amplitud de la oferta cultural que se registra en la ciudad”: Evaluación externa de política hacia los jóvenes en el Distrito Federal. Evalúa DF, marzo de 2011.


De acuerdo con Evalúa DF, el 50.2 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años acude a conciertos sólo una vez al año o más, y el 37. 4% asiste a bailes una vez cada dos meses.

Mientras más se consolida este sistema de mercado, las pequeñas cafeterías son reemplazadas por cajas de plástico marca Starbucks, las papelerías abren paso a los gigantes Office Depot y las tiendas de la esquina ceden terreno a los Oxxos de Coca-Cola. Unos pocos se devoran el mercado, mientras los productores y creadores locales se quedan anémicos. Este fenómeno ya llegó a las expresiones culturales e incluso tocó al negocio de Dios, con el monopolio de la teología de la prosperidad.

De ahí la relevancia de proyectos con el espíritu del Multiforo Alicia, que apuestan a la humana solidaridad antes que a la desproporcionada ambición.

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