A pesar de que literalmente tenemos hasta el cogote los huevos, me
soplan aires de cambio, al menos en la mentalidad de algunos, sobre
todos los jóvenes que para fortuna somos el futuro, quizá a partir de
hoy el presente. El TEPJF ha emitido su falló y tenemos Presidente
democráticamente impuesto.
El tribunal alega que no son
suficientes las pruebas para invalidar la elección, me pregunto ¿cuál es
la unidad de medida para medir un fraude?, digo porque si no es en
términos de dinero ya que rebasar los topes de campaña y ni Monex o
Soriana son unidades de medida quizá la cosa se cuantifiqué en sangre. Y
es que si de algo vamos a recordar el sexenio Calderonista es que una
parte importante del colectivo esta hasta la máuser del sistema
político, no solo por las tranzas, si no por todos aquellos que bailaron
las calmadas por una bala perdida, un misero retén o sencillamente por
irse de reventón con su banda, todo cortesía del soldadito del pomo.
Se nos viene otro sexenio espurio, la telaraña de la corrupción mexicana al parecer no caerán solo a soplos, será
necesaria que todos nosotros no la sacudamos (sin albur), convencer a
todos aquellos que tan acostumbrados a su síndrome de Estocolmo ya no la
sienten aunque sea de negro. Hoy
tendremos movilizaciones, aquí y allá, pero ¿resultan efectivas? La
respuesta al parecer es NO; se han tratado de afectar lo menos posible a
la ciudadanía y no hacer movilizaciones en días hábiles, sin
embargo, aunque no tengamos el rumbo bien definido si tenemos bien
claro que las sutilezas son únicamente para el cortejo y no para los
movimientos sociales, lo mejor
que podemos hacer quizá es radicalizarnos para que nuestros discursos no
sean meras letanías de los evangelios estalinistas. ¿Estallido
Social? Para nada, eso ya pasó hace mucho ahora simplemente algunos
sobrevivientes a las bombas políticas se preguntan porque tienen que
sobrevivir en vez de vivir.
Estamos aún a tiempo de que nuestra
inconformidad tenga un impacto serio sobre aquellos que se dicen
representar a la voluntad nacional. ¿Necesitamos
más políticos para sustituir políticos?... La respuesta triste es que
sí, sin embargo, no necesitamos políticos salidos de la misma ratonera,
necesitamos colocar en la vida pública a algunos sobrevivientes de
aquellas explosiones mencionadas que se puedan desempeñar en la grilla
sin joder más a este hermosa Republica del Maíz.
Toda la bandera ya no estamos para
solapar a los mismos de siempre que nos atascaban la boca con una torta,
unos chescos o la promesa de una tierra que solo vieron en las uñas, ni
mucho menos esperamos a que un salvador de la costa venga a resolver
las cosas, cada quién tiene que cargar su propia cruz y conseguir sus
espinas para que juntos hagamos de este lugar nuestro santo sepulcro
llamado México y dejemos de ser una sociedad que mantenemos políticos y
sus secuaces y que nos retribuyen con todo el poder de su santa hueva.
La dictadura perfecta ya ha sido
avalada y ahora busca mártires perfectos, esos que no se quejan, que no
protestan y que entienden por sinónimo el concepto de ciudadano y
súbdito. Los pitufos en el poder no supieron respetar la responsabilidad
histórica que tenían de no permitir la vuelta de los dictadores, no
supieron llevar a cabo la profecía que nos decía que más allá del
lodazal había una vida, y han dejado al águila sobre el nopal y sin serpiente pa’a tragar.
Los políticos no entendieron y no
han abandonado sus viejos códigos, quieren conservar por la eternidad
todo lo mal ganado, sus guerras de mierda, negándose a repudiar sus
acuerdos sospechosos, siendo sanguijuelas en lugar de visionarios,
dejando un país con rabia, paralizado, ensangrentado, dividido e
insultado por su malnacida vanidad, democráticamente financiado a costa
de 50 o 60 millones en pobreza, esa pobreza y ahora el terror de la
inseguridad que no distingue linajes.
Hay que ponernos un par de
cachetadas y despertar del sueño de opío que nos enterraron desde
chiquillos y pónganme en mi lugar si digo pendejadas ante esta
corrupción que floreció desde hace 40 años, la pobreza que ha polarizado
las clases sociales, la impunidad ovacionada por la tele, las
“instituciones” del diablo, que aunque se laven las nalgas en agua
bendita en Guanajuato o en Toluca sabemos que son del mismo Satán.
La clase política se han tragado
todos los huevos de oro los muy glotones, pero la gallina que los pone
sigue viva gracias a las migajas que le prodigaron los jodidos y es
estos mismos de los que espero que pase algo contundente antes de que un
ganoso copetón se ponga la banda presidencial en diciembre, ojalá que
esta mentada de 60 millones de madres pobres zumbe tanto que su copete
no se aplaque ni con el petróleo derramado en las costas. Toda
la banda “poderosa” necesitamos negocios, intereses, inversiones,
producir, competir, triunfar, administrar gobiernos, empresas,
prestigios y vanidades. Para que todas estas chuladas subsistan, primero
tiene que haber país.
¡NO ESTAMOS PIDIENDO PATRIOTISMO SOLO VERGÜENZA!