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domingo, 17 de febrero de 2013

El cáncer contemporáneo



Males contemporáneos.

-          Un “grosso modo”.
“¿A quién le importa el futuro de los hijos, si lo que importa es hacerme rico?”
Palabras frías del típico pensamiento egoísta producto del capitalismo que vuelve ambiciosos a los hombres. Si yo no me jodo, que se jodan. Carajo.
Socialismo, comunismo, capitalismo (y su rama el neoliberalismo), ¿qué más da? Si invocamos el poder de los años, veremos que los jóvenes y no tan jóvenes estamos en pañales ante un umbral aplastante de los sucesos que lograron mover desde sus cimientos al país, y que el polvoriento olvido los va enterrando conforme los años pasan…  Cada sistema de gobierno de la naturaleza que se quiera citar, trátese del que se trate, termina siendo pervertido e inclinado hacia los intereses de unos pocos.
Y los ancianos recuerdan, y los maduros retienen, pero los jóvenes olvidan, o bien prefieren no verlo; y en lugar de ello prefieren encender la consola de videojuegos, ver el fútbol, las novelas…
Cierran los ojos ante la realidad. Un burdo ejemplo es el aumento a los precios. ¿Qué acaso despertarán de su mentado limbo hasta que ni siquiera tengan ropa interior para vestir? Por desgracia ni así.
Lo que antes alcanzaba para un “vocho”, ahora es para una torta y un refresco… Triste.
Observamos día con día la impotencia de pocos mexicanos que no pueden hacer frente común ante la masiva manipulación mediática que impide que los cerebros del resto de sus compatriotas “carburen” como deben; solo se oxidan con papitas y refresco, diabetes e hipertensión que crean un círculo de crónico-degenerativos día con día. Y ahí van a las farmacias, por su metformina, su insulina, sus jeringas.. Y después por no tener disciplina ni en su dieta, va la “mochada de pata” porque ya se le pudrió el piecito. Sigan muriendo por partes, pues el ser mediocre no tiene precio.


-          Orden y caos
Si, muchos lo han dicho. Y tienen razón. Orden a través del caos. ¿Y caos a través del orden?
No hay respuesta obligada, pero me pregunto si habrá manera de despertar de la manipulación masiva. Los tentadores anuncios de la TV, que solo incitan al consumismo. ¿Empleos?, bueno hay de unos a otros, pero la mayoría son mal remunerados y sin prestaciones, cuando se crean empleos, son temporales. Si explotas la caja chica del país y la robas literalmente, hay caos. Doble filo. Riqueza para pocos, inestabilidad para muchos, y orden a través del desorden. Cuando se vaya a la mierda el país, abandono la barca como rata. ¿Qué mas dá?. Cruel pero cierto.




-          PEMEX
¿Y PEMEX? Bueno, hay muchos pensamientos encontrados. Sea o no atentado acorde a la concepción de cada quién, sabemos a todas luces que la paraestatal no ha sido del todo independiente y mucho menos bien administrada, y que por supuesto, es otra gallina de los huevos de oro hasta que ya no dé para más. ¿Qué importa? El rico no se jode, y sería muy imbécil que dijera él mismo que es millonario. No. Para nada.
Peña Nieto… Ni mencionarlo. Es tan imbécil que ya sabemos por dónde desbordan sus orejas de jumento con cada paso que tropieza con ellas. Ya sabemos, así que, no… Ni nombrarlo.
Pero eso sí, sigan refinando en el extranjero y enmascaren la privatización como “cooperativismo e inversión privada”, al fin y al cabo todo el país está en venta, y el nopal se patentará por extranjeros. Sigamos viendo a López Dóriga y las novelas, tráete las chelas y las papas, ya va a comenzar el fútbol. ¿Qué mas dá?





-          “Haz algo por tu país…”

o   ¿Luisito, por qué no haces algo por tu país?
o   Porque los demás no hacen siquiera algo por él, así que, ¿por qué he de hacerlo yo?
Plasmado lo mediocre. Yo creo que no puedo resumirlo más. Si acaso podemos decir que nos pisoteamos unos a otros. Y en medio va la gente pensante. Fin de la historia. Despierten mentes y corazones, y punto. México no tiene memoria, odia la clase de historia, pero se sabe los nombres de los jugadores de fútbol. Irónico y triste.




-          Un cáncer.
¿Qué tan grave?  No sé. Pero es severo hasta el punto en que no sé qué tan grave sea.
Una célula se vuelve egoísta; ésa misma se vuelve ambiciosa. Luego, crece para sí misma, y posteriormente crea varias iguales a ella. Y las mediocres que quedan alrededor, apoyan su transformación. Dale más sangre, para que el tumor crezca más, ¡que desborde, carajo!
Vendan mi pobre México. ¿Qué mas dá?... Piensen lo que dicen.

CHURAUN
churaun.blogspot.mx

twitter@churaun

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