A 44 años de la masacre perpetrada
en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco por el ejército mexicano,
las sociedad enterada y pensante sigue pidiendo justicia, la frasé “2
de Octubre No Se Olvida” es un grito de guerra en medio de una guerra
cada vez más descarada entre los de arriba y los de abajo. Hoy los
movimientos estudiantiles abrazan una misma bandera y al tono de
#YoSoy132 dignifican y dan sentido a la sangre derramada en aquél otoño
del 68. Nosotros nacimos en medio de una brutal ofensiva, sin duda una
de las más crueles que haya conocido la humanidad. Hemos visto cómo el
neoliberalismo se ha apoderados de muchos de nuestros recursos
naturales, de empresas públicas, y cómo ha pretendido arrebatarnos la
educación, la salud, los alimentos, la vivienda y el trabajo.
También hemos sido testigos del
desprecio de este sistema hacia la humanidad: millones de niños y
jóvenes, cientos de miles de mexicanos expulsados de sus tierras por el
hambre y la miseria. Hace un chingo de años se decía que nuestro terruño
era un “país de contrastes”. Era rete elegante el terminajo, pero la
neta es que pocos se atrevían a decir que nuestro México era un
verdadero desmadre. Pasó el tiempo y se robó nuestra candidez. Con tal
de no crecer, por añales cerramos los oclayos y la conciencia pa’ no
sentir el fuetazo de la traición y del saqueo. Cuando nos dimos cuenta,
el contraste tan manido ya era un abismo y es la hora que nadie puede
reaccionar a la altura del acabose, algunos lo intentamos como los
#yosoy132, MORENA y otras organizaciones, sin embargo, el grueso de la
población sigue sin saber que pex o sencillamente cierran los ojos y
muerden la almohada.
Tuvimos mucho entre las manos y nos
dejaron sin manos. Pudimos haber construido un esquema chingón donde el
piso fuera la vida digna y el techo, blanco de talentosos generadores de
riqueza bailando siempre de cachetito con el país, pero el Estado nunca
fue fuerte. Era grande, gordo, adicto y pendejo. Repartía favores ó
tubazos, daba y quitaba, premiaba ó te borraba. Fue guarura del
privilegio y azote de los “inadaptados”. Con la venia de ese código, las
clases dominantes mamaron hasta el desmayo.
Ahora despertamos del mal viaje
peyotero que nos causó la varocracia, pa’ aterrizar de nalgas en plena
tanatocracia. El poder de la muerte. Chapoteamos en sangre. Sangre de
mártires y sangre de ojetes. Vemos regiones queridas controladas por los
capos, fosas rellenas de paisanos y fuereños, familias reventadas,
mandos vencidos, funcionarios embarrados, lucro electoral porcino,
compromisos secretos y una sociedad polarizada que comparte por primera
vez el mismo grito: “¡Ya basta! ¡Estamos hasta la madre!” (Aunque sea
unos de otros).
Si seguimos la cadenita de tarugadas
cometidas desde el Olimpo los últimos 50 años, a nadie le puede
sorprender la tragedia que nos coge bostezando. El Presidente anda
encabritado porque el minino le salió pantera. Y va y viene predicando
los evangelios de la lucha contra el crimen en todo acto o lugar que
vaya, pelando los dientes aquí y empinándose en la ONU, buscando su
lugar en los anales de la historia, ya que sus anales se le pudren del
coraje que solo el desprecio popular puede causar. Sentidísimo porque la
masa no cierra filas en torno a su imponente figura y se deprime porque
ya sabe quiénes se le voltearon y porque la historia patria no le
reconocerá el trapío. Pa acabarla de de chingar, sus “queridos amigos”
se le adelantaron al viaje y de los demás pitufos somebody en somewhere
no se mueven ni una fucking inch.
Y aquí estamos rechinando los
dientes y apretando los puños en medio de partidos enlodados rastreando
su origen ó enterrándolo. Los políticos ratificando su muy merecido y
pútrido último lugar ante la opinión pública, y los titanes del bussines
amachinando la veta que ha de
alumbrar su faz, las siguientes dos generaciones con sus PUTAS REFORMAS
ESTRUCTURALES, mientras los medios se siguen martirizando por un par de
huevos para confundir y apendejar a quién se muere de hambre.
¿Quiénes quedan para poner quieto al
elefante marihuano que anda haciendo mierda lo poco que nos queda? Pos
nosotros, ranas y cabrioleros. ¡A huevo! Como no supimos darnos nuestro
lugar desde el principio, ora tendremos que dejarnos sentir pa’ que la
locura amaine y la vidorria recobre sentido. Que no se les frunza el
ceño, no se trata de putear a nadie aunque me encantaría la
radicalización de nuestros movimientos, pero por lo pronto basta con
guardar un rato la hueva y el berrinche y caminar o sentarse junto con
miles, por un propósito. ¡Ya basta! ¡Ya estamos hasta la madre! Muestra
de huevos pal que nos mata. Orden directa pa’ quien nos mal defiende.
Sin alaridos ni toletes ni mamadas, que sólo debilitan. Pura presencia,
chingona presencia que desafía. Pura presencia, chingona presencia que
manda y reclama resultados.
Pero
los pueblos del mundo aun no han dicho la última palabra y en todo el
mundo España, Portugal, EEUU, Chile, México la gente tomas las calles
por el mismo descontento. El 2 de octubre ya no es sólo un día de lucha
estudiantil, es ahora, sobre todo, una fecha histórica, de lucha y
resistencia, de los mexicanos rebeldes que salen a las calles a defender
a su país y a su pueblo.
Nos Vemos en el senado.
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